Ubicado en la calle 23 No. 14, antes era conocido como una casa de lenocinio.; hoy, gracias a la Alcaldía de Bogotá, el predio se convirtió en ‘El Castillo de las Artes’.
Durante 14 años, comerciantes, mafiosos, extranjeros y empresarios nacionales, acudieron a El Castillo, uno de los prostíbulos más grandes y prósperos de Bogotá, ubicado en el barrio Santa Fe. En 2017, miembros del CTI ocuparon con fines de extinción de dominio la propiedad debido a que estaba vinculada a redes de la mafia, y tras permanecer meses desocupada y en deterioro, en diciembre de 2020, la antigua casa de lenocinio se convirtió en el ‘El Castillo de las Artes’ un espacio para las artes de la Alcaldía de Bogotá.
Antes de convertirse en un centro para la cultura y las artes, El Castillo, ubicado en la Calle 23 No. 14 - 19, era un recinto de cuatro pisos que ofrecía de todo a sus clientes. En la primera planta funcionaba el Night Club, mientras que en la segunda se encontraban las suites de lujo donde las trabajadoras sexuales atendían a sus clientes, así lo describió una antigua trabajadora a la revista Soho, cuando El Castillo aún funcionaba.
“En los pisos restantes están los 17 cuartos en los que vivimos las casi 60 niñas que trabajamos acá. En cada cuarto pueden vivir hasta cinco mujeres. En el mío viven tres niñas con las que, además, comparto el baño.”, relató la antigua trabajadora en la misma crónica realizada por la revista, quien además contó que en El Castillo también funcionaba una peluquería.
El Tiempo además conoció que en el lugar igualmente operaba un restaurante y existía un espacio para espectáculos. En cuanto a temas de seguridad, El Castillo tenía 50 cámaras de vigilancia y contaba con tres anillos de seguridad, los cuales garantizaban la protección y privacidad de todos los clientes.
‘Niña que no preste un buen servicio de los que ofrece tendrá que hacer la devolución del dinero: la administración’, se leía en uno de los carteles que estaba a la entrada del lugar, según conoció el mismo medio.
Pero al prostíbulo, uno de los más prósperos de Bogotá, le llegó su fin en febrero de 2017, cuando miembros del CTI de la Fiscalía allanaron el lugar con fines de extinción de dominio, luego de que la entidad comprobara que el lugar estaba vinculado con las actividades del narcotraficante José Ricardo Pedraza Díaz, señalado de dirigir una red de lavado de activos, y quien habría estado a cargo del manejo del lugar.
Tras el allanamiento del lugar, pasaron tres años hasta que, en 2020, Idartes y el Idipron comenzaron las negociaciones con la Sociedad de Activos Especiales para encargarse del predio. Fue así como el 16 de diciembre de 2020, luego de limpiar y adecuar el lugar, la Alcaldía de Bogotá inauguró ‘El Castillo de las Artes’, el primer centro de arte, cultura y memoria de Bogotá que brindaría actividades artísticas las 24 horas del día y los siete días de la semana.
“Este lugar beneficiará a comunidades y territorios afectados por múltiples violencias, particularmente en las localidades de Santa Fe y Los Mártires, resaltando, visibilizando y reconociendo su riqueza y la diversidad política, social, cultural y artística que se encuentran en estos territorios, en especial de los sectores sociales y poblacionales que allí habitan: mujeres, comunidad LGBTI, víctimas del conflicto, comunidades indígenas, migrantes.”, explicó en la inauguración del recinto cultural, la directora de Idartes, Catalina Valencia.
No fue hasta junio de 2021, que El Castillo de las Artes abrió sus puertas oficialmente al público como un espacio para que trabajadoras sexuales, trans, migrantes, personas sin hogar y otras poblaciones que habitan en el sector, puedan asistir a conciertos, exposiciones, tomar clases de fotografía, peluquería, “pole dance”, danza, teatro, entre otros.
“Para nosotras ha sido como una especie de escapatoria del trabajo sexual y hacer otro tipo de actividades.”, afirmó en entrevista con la agencia EFE, Marcela Agrado, una integrante del Ensamble trans, un grupo que desde que entró a funcionar El Castillo de las Artes, se ha reunido para bailar y actuar.
Desde entonces, El Castillo de las Artes tendrá una programación especial mensual para que quienes quieran empaparse de la cultura y el arte puedan hacerlo. “El extraño será bienvenido y su extrañamiento será motivo del conocer.”, se lee en un cartel de la entrada del centro cultural, según reportó la misma agencia de noticias.